Esta mañana nos despertamos en el impresionante Piton des Neiges, rodeado de las majestuosas montañas del Circo de Cilaos.
Desde La Roche Merveilleuse, se abre un panorama impresionante, que ofrece una vista magnífica sobre el pueblo de Cilaos, famoso por sus aguas termales terapéuticas.
Nuestra visita guiada al pueblo reveló su encanto único, que mezcla las tradiciones criollas con los paisajes montañosos.
Cilaos, un lugar donde la naturaleza y la serenidad se encuentran.
Nos dirigimos a Ilet à Cordes, también conocido como « el fin del mundo ».
Allí, nos encontramos con un guía local «Peï», apasionado de su tierra, que nos presentó los famosos campos de lentejas de Cilaos, una especialidad regional. También exploramos los viñedos que forman parte de la reputación de Cilaos. El momento culminante del día fue un almuerzo criollo en plena naturaleza, donde disfrutamos de deliciosos currys, una experiencia auténtica y conmovedora en la naturaleza salvaje de la Reunión.
Un encuentro único, lleno de sabores y descubrimientos en el fin del mundo.
Visitamos uno de los lugares más sorprendentes de la Reunión: el Gouffre de l’Étang-Salé. Este sitio natural, donde el océano embravecido se estrella ferozmente entre los acantilados de basalto negro, ofrece un espectáculo hipnótico. El contraste entre el mar salvaje y las rocas volcánicas oscuras crea un paisaje dramático e indómito. Es el lugar perfecto para presenciar el poder crudo de la naturaleza mientras se empapa de la belleza agreste de la costa de la Reunión.
Gouffre de l’Étang-Salé, ¡una ventana al océano indomable!